Érase una vez un bróker que presumía de conocer los más profundos
secretos de la alquimia, capaz de transformar cualquier metal en oro.
Su generosidad no llegaba a límites, tanto que quería compartir esos
secretos con el resto de las personas por un módico precio.
Como los vendedores de crece pelo en el viejo oeste que prometían que
tendríamos una cabellera frondosa, aunque el mismo vendedor fuese
calvo.
Y ahora estos modernos vendedores de crece pelo siguen entre nosotros,
de hecho, los charlatanes nunca dejaron de estar. Cambian las formas los
escenarios, pero el método es el mismo aprovecharse de la esperanza de
las personas.
Ahora nos prometen que un curso acelerado de inversión va a transformar
nuestros pequeños ahorros en pingues beneficios.
Pasen y vean señoras y señores este curso hará de usted el próximo
Warren Buffett de las finanzas. Eso sí una vez más por un módico precio.
Será casualidad o no, pero desde hace algún tiempo esto del populismo
financiero que nos transmite que invertir es algo fácil y que está al alcance
de cualquiera no deja de preguntarme, si los tentáculos llegan a más altas
instancias. Lo digo porque aún está en la memoria casos como las acciones
preferentes de Bankia que eran de un banco oficial y regulado. Otro
ejemplo del vendedor de crece pelos en un lugar supuestamente seguro y
oficial.
Me lo pregunto porque desde las instituciones tampoco se hace mucho
por perseguir y de verdad detener a tantos gurús y sabios de las finanzas.
No será que desde esos lugares de poder interesa que la población no
tenga una verdadera educación en términos económicos y financieros. Ya
sabemos que un pueblo culto y educado es más difícil de dominar y
esclavizar.
¿Y tú qué opinas?
José María Font