Es muy difícil, por no decir imposible, hacerse rico invirtiendo 250 euros en Amazon. Sin embargo, este es uno de los principales reclamos que usan los brókers fraudulentos para atraer inversores. El marketing agresivo, las llamadas insistentes o los bonos para invertir también son prácticas habituales en las estafas de estas plataformas online. El producto señalado, como en el ejemplo del gigante del comercio online, son los CFDs, o contratos por diferencias, que cuentan con un elevado riesgo.
Con el auge de Internet y los dispositivos móviles también se está viviendo un auge de las plataformas online, incluidos los brókers y se aprovechan de la gente que quieren dar rentabilidad a sus ahorros. Por ello, antes de hacer cualquier inversión, los usuarios deben comprobar si tienen licencia, qué país se las ha otorgado y qué organismo regulador rige su actividad.
“Y comprobar esto no te garantiza no ser víctima de un fraude, pues hay muchas entidades fraudulentas radicadas en países que pueden operar en España legalmente con el llamado “pasaporte europeo” de inversión y que tienen una regulación muy laxa y una inactividad inexplicable contra estas estafas, como pueden ser Chipre, Malta o Irlanda”.
Hoy mismo nos llamó un señor que tras tener un accidente y perder una pierna decidió invertir para poder comprarse una pierna ortopédica en Roinvesting ,un broker regulado y vio cómo perdió su capital de forma indebida por las irregularidades cometidas por dicho broker.
Por suerte con el despacho que lleva los casos de la asociación http://Misletrados.com puede recuperar la inversión mediante una anulación de contrato,una demanda civil.
Para llevar a cabo sus estafas, lo más habitual es que estos brokers utilicen llamativos anuncios en Internet que insertan en multitud de páginas y buscadores como el de “invierte 250 euros en Amazon”. Sin embargo, en ningún momento la publicidad advierte de que se invertiría en el gigante del comercio electrónico a través de CFDs, la única forma de hacerlo por ese importe cuando sus acciones cotizan por encima de los 3.300 dólares. Estos productos tienen un elevado riesgo debido a su apalancamiento.
Ese apalancamiento permite a los inversores tener una posición en un activo sin tener que desembolsar la totalidad de su valor, lo que a su vez permite obtener grandes beneficios, pero también abultadas pérdidas. En 2018 la Autoridad Europea de Valores y Mercados (la ESMA, por sus siglas en inglés) decidió tomar cartas en el asunto y puso restricciones en algunos casos. Por ejemplo, en acciones el inversor puede estar apalancado cinco veces a uno, es decir, la garantía para operar es del 20%.
En muchos casos hay que tener en cuenta que en ocasiones los clientes incurren en pérdidas importantes y desde estos brókers los convencen de que la única solución es invertir más dinero, lo que al final da como resultado cantidades muy altas”.
Los brokers regulados intentarían cerrar la posición antes de llegar a registrar números rojos y si hubiera pérdidas las asumirían ellos. Los otros, reclamarían el dinero pese no haberle explicado todo esto previamente al inversor.
Además de la publicidad agresiva, los brókers fraudulentos desarrollan actividades para captar clientes incautos, como no pedir la documentación necesaria o no realizar las pruebas previas antes de que los usuarios puedan invertir. Una vez tienen la atención de la víctima comienza un proceso de convencimiento con insistentes y prolongadas conversaciones donde aplican diferentes técnicas de persuasión, como realizar predicciones, dar una apariencia de éxito u ofrecer altas rentabilidades con poco riesgo.
Una vez que el inversor ya ha caído en la trampa lo primero que debe hacer es recopilar toda la documentación acreditativa de la estafa y denunciar en la Policía o Guardia Civil. Acudir al banco y pedir las devoluciones de los pagos, informar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ponerse en manos de abogados y buscar más información de afectados por la misma plataforma son los siguientes pasos