A lo largo de la vida se aprenden varias lecciones sobre cómo manejar nuestro tiempo, nuestras decisiones y nuestro dinero.
Es fácil asumir que el nivel de bienestar o pobreza de las personas depende enteramente de tomar buenas o malas decisiones. A pesar de que es importante tener en cuenta que el trabajo duro tiene su recompensa, no todos los triunfos en la vida surgen debido al esfuerzo, y no todas las desgracias son resultado de la falta de constancia o la pereza.
Debes construir una buena ética de trabajo, pero ten en cuenta estas cuestiones a la hora de juzgar a las personas que conozcas, incluido tú mismo. No todo el mundo tiene lo que se merece.
La mayor ganancia es saber gestionar tu tiempo
Tener libertad para disfrutar de tu tiempo tiene mucho más valor que cualquier objeto de lujo. Un trabajo con un horario flexible, que te permita disfrutar de tu familia y poder hacer planes de ocio es lo que realmente te aportará felicidad, más allá de un coche caro o unos zapatos de marca.
Si quieres tener independencia en tu futuro, es importante contar con un fondo de ahorros para emergencias, o asegurarte una buena jubilación el día de mañana. En definitiva, es importante ahorrar. Antes de gastar todo tu sueldo en cosas innecesarias, dedica una parte a construir ese pequeño colchón que te ayudará a no depender tanto de tu trabajo el día de mañana.
Para conocer realmente el valor del dinero es importante experimentar lo que significa no tenerlo. Debes aprender que no puedes tener siempre todo lo que pidas para saber cuál es la diferencia entre necesidades y caprichos. Esta lección te ayudará a la hora de gestionar tu dinero, ahorrar, y sobre todo, valorar lo que tienes.
El éxito no siempre se basa en los grandes actos
Como dijo Napoleón: “un genio es aquel que puede hacer las cosas corrientes cuando el resto entra en pánico”.
Sucede lo mismo cuando hablamos de dinero. Lo importante no es llevar a cabo grandes operaciones de miles de euros, sino saber tener constancia y no cometer grandes fallos a lo largo de tiempo. El mejor acto financiero es evitar un grave error, y generar deudas es el más grave de todos.
Aunque cuentes con la tranquilidad de un fondo de pensiones y un salario estable, es bueno saber vivir con menos gastos que ingresos. Una persona que gana 50.000 euros y gasta 40.000 es más rica que quien gana 100.000 euros y gasta 101.000. Un inversor con un 5% de beneficios que sabe ahorrarlos tendrá más dinero que el que obtiene un 10% y gasta hasta el último céntimo.
Cuánto ganas no determina cuánto tienes, y cuánto tienes no determina cuánto gastas.
Pocos jóvenes de 18 años tienen claro a qué quieren dedicarse el resto de su vida, y de esos pocos, son muchos los que acaban cambiando de idea. Es normal no estar seguro de que tu carrera sea la que más te guste, o incluso cambiar de campo de trabajo una vez has empezado en el mundo laboral.
No pasa nada por admitir que tus objetivos, gustos y prioridades evolucionan con el paso del tiempo. Saber perdonarte por cambiar de idea es crucial, especialmente cuando eres joven.
Una carrera exitosa pero ocupada requiere pasar menos tiempo con tus seres queridos. Invertir en fondos a largo plazo supone incertidumbre y volatilidad. Todo en la vida tiene un precio, y muchas veces no lo vemos a simple vista. A veces vale la pena pagar el coste de las cosas, pero cuanto antes seas consciente de la realidad, antes aprenderás que el valor del tiempo, las relaciones o la autonomía es igual o mayor que el del dinero.
Tener dinero no significa tener éxito
El dinero no da a la felicidad, y no hay cifra lo suficientemente grande que pueda compensar la falta de carácter, empatía u honestidad. Ten en cuenta siempre tu forma de tratar a los demás, por encima de tu forma de generar ingresos.