El juzgado 25 de Barcelona ha condenado a los administradores de la firma de asesoramiento Q-Renta a indemnizar a un matrimonio de jubilados con 387.069 euros, más los intereses de demora.
Los magistrados han visto acreditado que la firma captaba patrimonio de los inversores a los que supuestamente asesoraba de manera independiente para luego destinarlo a empresas del Mercado Alternativo Bursátil (MAB) en las que sus gestores tenían intereses económicos.
Según recoge la sentencia, Q Renta procedió a contratar diversos productos del MAB, de riesgo muy elevado y gran complejidad incurriendo además en una situación de conflicto de intereses al estar la sociedad demandada y sus empleados directamente relacionados con los productos comercializados».
La sentencia cita varios informes de la Unidad de Vigilancia del Mercado, órgano especializado de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que prueban que Q Renta llevó a cabo «manipulación en la cotización de los valores, en perjuicio de sus clientes» y que se aprovechó de su condición de colocadora de productos en el mercado y su relación directa con las indicadas empresas del MAB, como La Playa, Jomartau o Via Fora.
En concreto, explican que la operativa de Q Renta lesionaba los intereses de sus clientes al controlar la gran parte de la operativa de estos valores en el mercado por cuanto que, al margen del conflicto de intereses evidente, «mantenía de forma artificial la demanda, la oferta y la liquidez, haciendo creer a los clientes de Q Renta que se podían deshacer de estas posiciones». Invertían en un mercado sin prácticamente liquidez, demanda real ni alternativa cierta de recuperar sus inversiones.
«Este tipo de casos alerta de la facilidad con la que entramados financieros de tipo fraudulento pueden captar el patrimonio de pequeños inversores y escapar al radar de nuestros reguladores y supervisores del mercado.
No podemos consentir que cuando las unidades de detección de fraude dan con el paradero de estos estafadores sea demasiado tarde para un buen número de inversores a los que no llegó ninguna señal preventiva de que iban a ser engañados».