Los fraudes a particulares se centran en robos con cargos a las tarjetas. Los grupos delictivos recurren a suplantar identidades para atacar a las empresas.
En el último año, la Policía registró más de mil denuncias relacionadas con estafas y delitos informáticos. Y la previsión es que esta cifra, «una barbaridad», siga en ascenso los próximos años. «En unas décadas todo será delincuencia tecnológica porque casi todo tiene ya connotaciones telemáticas»,
Las estafas aglutinan el 70% de las denuncias cuando se trata de delitos que afectan a particulares. De este grupo, aquellas relacionadas con las tarjetas de crédito son las más comunes. «Son fraudes que consisten en que, de repente, te aparecen cargos que desconoces porque hay otra persona utilizando tu tarjeta. Ya no hace falta copiarla. En internet vale con tener los datos», quien también destaca las denuncias que llegan por la publicación de teléfonos, dirección de correo electrónico y otros sin que el propietario sea consciente de ello. «Estas últimas las solemos esclarecer», dice sobre un tipo de delito que supone la base para otros ataques más sofisticados y con mayor impacto, generalmente enfocados a empresas.
A una de las empresas le llega un ‘mail’ en el que la otra parte le dice que ha cambiado el número de cuenta y que el ingreso debe realizarse en una distinta a la prevista. El correo electrónico y el encabezado son idénticos, pero las cuentas cambian», que recientemente ha tenido que enfrentarse a un robo de este tipo. «La celeridad con la que se denuncie es clave. Hace unos meses, a una importante empresa de Gijón le robaron de esta forma 120.000 euros. Afortunadamente, nos dio tiempo a bloquear ese dinero», añade sobre unas estafas que, habitualmente, tienen como objetivo grandes sumas de dinero, ingresos que piden que se hagan tanto en entidades bancarias nacionales como internacionales.
«Hay otro tipo que es el conocido como ‘fraude del CEO‘. En este caso se suplanta la identidad de esta persona para ordenar, a través de un ‘mail’ falso idéntico al que utiliza habitualmente, que se realice un pago que tiende a rondar el millón de euros»,En otros casos, los trámites con administraciones extranjeras son realmente tediosos.
«Internet es un campo sin fronteras. Todo está intercomunicado, pero la manera de investigar de la Policía es a través de nuestra jurisdicción, que es diferente a la francesa, la italiana o la australiana», indica sobre una de las principales trabas que encuentran los agentes y que recientemente ha mejorado gracias a mecanismos de cooperación con proveedores de correos y redes sociales sin sede legal en España.