Los piratas informáticos comercializan casi cualquier tipo de información en los mercados de la dark web. Esos datos personales filtrados son vendidos a terceras partes hasta por 1.000 dólares.
Uno de los sectores más atacados por los hackers es el de la industria de las criptomonedas, en donde una cuenta hackeada de Kraken, por ejemplo, cuesta en promedio unos 810 dólares. Los investigadores explicaron que el auge de bitcoin (BTC) está atrayendo cada vez más a los delincuentes al ecosistema bitcoiner en procura de hacer dinero.
Los hackers también ofrecen en estos mercados cuentas pirateadas de Coinbase por 600 dólares, en promedio. También comercializan cuentas vulneradas de LocalBitcoins en Estados Unidos por 350 dólares, Binance por 410 dólares, Crypto.com por 300 dólares o blockchain.com por otros 310 dólares.
Los analistas señalaron que las cuentas con criptomonedas son muy valoradas por los piratas ya que, debido a la expansión global de los cajeros automáticos de bitcoin, es posible realizar «retiros anónimos» de dinero. Otro aspecto que preocupa es que los mercados de la dark web contienen listas completas de monederos hackeados correspondientes a exchanges de bitcoin como Coinbase, Cex o plataformas P2P como LocalBitcoins.
En relación con las cuentas hackeadas de bancos y redes sociales, los precios también varían. Los piratas venden el acceso a cuentas bancarias, que tengan al menos 2.000 dólares disponibles, en 120 dólares. Una cuenta en Facebook vulnerada cuesta 65 dólares, una de Twitter otros 35 dólares, mientras que una de Gmail es ofrecida en 80 dólares.
Por ejemplo, los datos de una cuenta hackeada de Facebook son vendidos en 35 dólares, mientras que los datos relacionados con tarjetas de crédito oscilan entre los 14 y 30 dólares. En muchos casos la información filtrada por los hackers también es utilizada para falsificar documentos como licencias de conducir o pasaportes.
En tiempos de pandemia por COVID-19 los hackers no solo estarían aprovechando el robo de información a empresas, sino que, debido a que las personas pasan más horas conectadas a las computadoras o dispositivos móviles, los ataques también van dirigidos a usuarios particulares.
Ante este nuevo panorama, Privacy Affairs enfatizó que los usuarios deben estar más atentos a la hora de resguardar su privacidad. La vigilancia sería la palabra clave para evitar el robo de información a través de métodos como phishing, por ejemplo.