Ya en el 2004 una de las más temidas organizaciones del narcotráfico mexicano, el cártel de Sinaloa, dirigido por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, estaría utilizando Florida como plataforma para el lavado de dinero e inversiones ilegales y desde donde habría llevado a cabo una gran estafa internacional.
El caso fue investigado por las principales agencias antidroga de Estados Unidos y, algo poco habitual, iel Departamento de Defensa.
El Gobierno federal identificó al brasileño Daniel Rojo Filho como contable de «una organización criminal mexicana» que habría creado una empresa llamada Obbalube Investment Corp. con el objetivo de realizar una estafa internacional de inversiones y lavar activos procedentes del narcotráfico.
La empresa, creada en 2006, fue domiciliada en el área metropolitana de Miami. Sin embargo, en la dirección en cuestión lo que hay es un mostrador de la empresa paquetería internacional UPS, que también alquila buzones de correo. El número de uno de esos buzones coincide con el de una presunta oficina que aparece en las escrituras como sede de la empresa creada por Rojo.
Según la documentación entregada al tribunal, Rojo no es el único acusado. También ha sido involucrado el portugués Pedro Benevides, considerado el otro contable del cártel mexicano en Florida y a quien las autoridades federales también acusan de lavado de dinero, presunta estafa internacional y de colaboración con una organización criminal mexicana relacionada con el narcotráfico.
La estafa se habría llevado a cabo entre 2007 y 2009. Consistió en la atracción de inversiones de fuera de Estados Unidos y el mezclado de esos activos con fondos procedentes del tráfico de drogas. Sólo en Francia hubo 82.000 víctimas.
Pero el caso ha llamado el hermetismo que presenta, cuando normalmente las acusaciones de narcotráfico diligenciadas por los tribunales estadounidenses suelen ser muy ricas en detalles. Este tipo de discreción suele suceder en investigaciones de «alto calibre».
«Puramente especulando, me atrevería a decir que el Gobierno federal está detrás de los peces gordos, precisamente investigando y golpeando los movimientos de dinero ilegal, y esto seria la punta del iceberg. Todo apunta a un caso serio.
Lo cierto es que hace tiempo que las autoridades tienen el ojo puesto en Rojo y Benevides. El 2009 el agente especial de la DEA David K. Humphreys confirmó ante un tribunal de Phoenix (Arizona) que Rojo era «objeto de una investigación de la DEA, Hacienda y Aduanas de la oficina de Phoenix» y que los investigadores habían «identificado una serie de fondos que fueron depositados (por ellos) en cuentas bancarias provenientes de narcotraficantes mexicanos».
Benevides está detenido en una cárcel de inmigración en Florida y sometido a un proceso de deportación por no disponer de permiso de residencia en Estados Unidos. Además, deberá ir a juicio en junio por otro caso separado, donde ha sido acusado de estafa y fraude bancario. El luso se ha declarado inocente, pero los dos cargos, en lenguaje jurídico, suelen estar asociados al narcotráfico.
En 2014, la Policía Nacional detuvo en Madrid a cuatro de sus principales colaboradores, entre ellos un abogado del narcotraficante y su primo hermano.
La detención se produjo gracias a la trampa tendida por varios agentes del FBI que durante años se hicieron pasar por mafiosos italianos. Colaboraron de manera estrecha con la Brigada Central de Crimen Organizado de la Policía española y la Fiscalía Antidroga. La causa se instruyó en la Audiencia Nacional.
Pero la caída de ‘El Chapo’ comenzó con aquel golpe que le arrebató a sus ayudantes más cercanos. Joaquín Archivaldo Guzmán quiso abrir una sucursal con la que introducir 20 toneladas de coca al mes, 240 al año. Pensaba ganar 672 millones anuales.
Ya en el 2020 una operación conjunta de la Policía Nacional española, la Guarda de Finanza de Italia y la Dirección Antinarcóticos de Colombia (DIRAN) ha permitido el arresto de cuatro presuntos miembros del mexicano cártel de Sinaloa y la incautación de 380 kilos de cocaína en Barcelona y Verona.
Los arrestados -dos en la capital catalana y otros dos en la ciudad italiana– pretendían distribuir la droga en la península itálica y otros países europeos, según ha informado la Policía Nacional. Todos ellos trabajaban para el cártel de Sinaloa, la organización delictiva liderada durante años por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, condenado ahora a cadena perpetua en Estados Unidos.
Hasta ahora el cártel mexicano más poderoso del mundo solo operaba en Estados Unidos, pero tras esta operación la Policía alerta de la intención de ese grupo criminal de expandir sus redes de distribución y abrir nuevos mercados en Europa.
El pasado mes de diciembre, a través de la cooperación internacional, la DIRAN de Colombia y la Guarda de Finanza de Italia solicitaron la colaboración de la Policía Nacional española, con relación a un envío de 380 kilogramos de cocaína desde Colombia con destino a Sicilia, lugar desde donde sería distribuido el estupefaciente.
«Avanzada la investigación, los agentes tuvieron conocimiento de que a finales de 2019 el responsable de la organización, de nacionalidad mexicana, se encontraba en territorio europeo, para hacerse cargo del estupefaciente una vez llegase a Italia y llevar a cabo su posterior venta a terceras organizaciones. Este hombre había entrado en la Unión Europea por territorio español, desde donde se desplazó a Italia», ha informado la Policía Nacional en un comunicado.
Las fuerzas de seguridad españolas han añadido que la investigación, llevada a cabo por la Guarda de Finanza de Catania, permitió identificar a otro ciudadano mexicano, tres guatemaltecos, uno italiano y otro español, como colaboradores del primero, llegando a la conclusión de que parte de la droga, una vez llegase a manos de los investigados, iba a ser distribuida en Verona.
Una vez obtenida toda la información necesaria para proceder a las detenciones, dos de los investigados, de nacionalidad guatemalteca, fueron arrestados en Italia. Por su parte, los investigadores procedieron a la detención de un ciudadano español y otro italiano en sus domicilios en la provincia de Barcelona.
El cártel de Sinaloa sigue siendo un referente como organización dedicada al tráfico de drogas y blanqueo de capitales y el mayor suministrador de estupefaciente hacia Estados Unidos.
Como consecuencia de la investigación, aún hay tres personas en busca y captura. Se cree que dos de ellas, de nacionalidad mexicana, han abandonado suelo europeo, mientras que el tercero podría estar oculto en territorio español, por lo que continúa la búsqueda.