Un extrabajador de banca ha sido condenado a cuatro años y medio de cárcel por estafar más de cinco millones de euros a una decena de personas desde una oficina de la calle madrileña de Núñez de Balboa. El acusado, que todavía tiene al menos otra causa pendiente por este tipo de estafas, convencía a sus víctimas para que pusieran grandes cantidades de dinero en manos de un supuesto inversor que les daría grandes beneficios y que, en realidad, no existía.
El condenado era trabajador de banca desde finales de la década de los setenta y en ese momento actuaba como agente de Bankinter, gestionando una de sus sucursales en la calle de Núñez de Balboa próxima al parque del Retiro. En muchos casos había forjado su vínculo con sus víctimas a lo largo de los años a través de «una amplia relación profesional y, en ocasiones, personal de amistad».
En todos los supuestos, según la Justicia, durante años ofreció gestionar inversiones para las cuales sus clientes le daban dinero y él iba pagando los intereses correspondientes a ellos y a nuevos clientes. Fue a partir de 2014 cuando la estructura piramidal se derrumbó: pidió dinero para dar liquidez a un gran inversor del banco ofreciendo a cambio unos intereses «muy superiores» a cualquier producto del mercado según reconoció él mismo.
El inversor no existía y las víctimas entregaron el dinero, según la Justicia, «movidos por confianza derivada de una larga relación personal y profesional con él, así como por la apariencia generada por su condición de agente» del banco. El dinero no fue a parar a ninguna inversión y los clientes nunca recuperaron esos fondos. Estafó en total, según se declara probado en esta sentencia, más de 5,4 millones de euros a un total de 14 personas.
Un engaño que ahora se ha traducido en una condena de cuatro años y medio de prisión para este exagente de banca por un delito continuado de estafa además de una multa de 2.700 euros y la obligación de devolver todo el dinero. La sentencia fue dictada el verano pasado por la Audiencia Provincial de Madrid y todavía es recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia de la región.
La Audiencia de Madrid entiende que todo fue un engaño. Declara probado que el acusado «captó fondos de los querellantes a partir de un relato mendaz, construido artificiosamente y de pura fantasía, destinado a que éstos bien le entregaran más capital o reinvirtieran el ya entregado, renovando la operación». Los jueces no discuten que «el acusado efectivamente dio satisfacción a sus clientes durante varios años» pero entienden que a partir de 2014 empezó a estafar a sus clientes.
Los inversores a los que engañó le entregaban grandes cantidades de dinero, alguno de ellos casi dos millones de euros, usando figuras como préstamos simulados. Este engaño fue ciertamente posible como consecuencia de la confianza generada por el acusado con sus clientes por su vinculación con una entidad financiera solvente, como Bankinter, S.A. así como por la larga relación profesional y de amistad que les unía.
Su condena, en caso de ser declarada firme en el futuro, no sólo implicaría su entrada obligatoria en prisión. También le impedirá ejercer cualquier «actividad mercantil, bancaria o financiera» mientras dure su condena.
El acusado todavía tiene citas pendientes con la Justicia por estafas similares desde su antigua sucursal de Núñez de Balboa. Es algo que refleja la propia sentencia de la Audiencia Provincial, que en sus páginas revela cómo en un principio iba a ser juzgado por más estafas investigadas por otro magistrado pero que el caso terminó siendo desgajado por varias diligencias que quedaban por practicar.
Las víctimas de este exagente de banca acudieron en diversas tandas a los juzgados, estimando algunas fuentes que la estafa supera ampliamente los 5,4 millones de euros que han sido declarados probados en esta primera sentencia.
En este caso el objetivo no es sólo que sea condenado sino que Bankinter sea declarado también responsable económicamente para asegurar que las víctimas recuperen su dinero. Por el momento la entidad no ha sido declarada responsable en ninguno de estos procesos y desde el banco recuerdan que el condenado actuó sin ningún tipo de autorización por su parte